Muchas cosas cambian a partir de los cuarenta, y una de ellas es nuestra piel, por lo que tenemos que ser más inteligentes con la forma en que la cuidamos. La cruda realidad es que a partir de los treinta años comenzamos a perder dos de los componentes de una piel firme y suave, radiante y humectada: el colágeno y la elastina.
A los cuarenta, los niveles de estrógeno empiezan a decaer y nuestra piel se vuelve más seca, le cuesta retener la humedad y nos comienzan a aparecer manchas y líneas de expresión. Esto es un proceso que ya no se detiene, pero se puede ralentizar con las medidas apropiadas.
Redoblemos entonces nuestros esfuerzos por una piel luminosa, firme, juvenil y radiante.
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Laura Posada es madre, abogada, autora galardonada, master life coach certificada, entrenadora personal certificada, conferencista motivacional internacional, una personalidad de la televisión y un icono filantrópico.